Un solo ejemplo basta para demostrar la necesidad de aunar el deporte con la sustentabilidad: el desastre en materia de residuos que queda en los estadios después de cada partido de fútbol nacional. Lo mismo ocurre con los grandes volúmenes de agua potable que se gastan en regar las canchas para la práctica deportiva.

Hasta hace poco, la industria del deporte era indiferente a estos temas. Sin embargo, distintas entidades han tomado cartas en el asunto y han empezado a potenciar líneas de acción que buscan incidir en materia de sustentabilidad en la práctica deportiva. País Circular destacó a tres de ellas en esta nota: Bettersport, R-ACCIONA y Siker, las cuales, desde diferentes orientaciones y vertientes, intentan propiciar un cambio de paradigmas para hacer un deporte más sostenible.

Bettersport y el deporte: desde el rugby hasta el padel

Lo primero que dice Sebastián Pacheco, gerente general de Bettersport, es que su empresa entiende la sostenibilidad en su más amplio concepto. Vale decir, explica el fundador de la marca, “nuestro objetivo es impactar en materia de sostenibilidad a todo el ecosistema deportivo. No solo el partido de fútbol o vóleibol, sino en cómo se produce la ropa deportiva, en el ahorro energético, en cuál es el impacto en la comunidad, y por qué no hablar de inclusión, equidad y pobreza”.

Dicho de otro modo, Bettersport busca trabajar en línea con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas enfocados en la actividad deportiva. En ese sentido, realizan diferentes acciones para cumplir sus propósitos: gestión sustentable en eventos deportivos, gestión de huella de carbono deportiva, consultorías en sostenibilidad, capacitaciones y programas para distintas comunidades, entre otras.

“No solo buscamos que las instituciones deportivas participan, sino también que otras marcas no necesariamente deportivas generen ese rol transformador para el cuidado del planeta”, comenta Sebastián Pacheco. De hecho, Bettersport trabaja de la mano con empresas no vinculadas al deporte como Colbún para impulsar la sostenibilidad en el deporte.

El foco de las iniciativas de Bettersport están centradas en rugby, hockey césped, paddle y fútbol, aunque ya han tenido conversaciones con la federación de triatlón, y también han trabajado con la federación de tenis, a través de distintas experiencias.

Con Colbún, por ejemplo, la empresa estuvo midiendo los gases de efecto invernadero generados por la Federación de Rugby camino al Mundial. En enero pasado, por ejemplo, hicieron tres activaciones para la Copa Verano de fútbol en Coquimbo, en la que participó el club Rosario Central de Argentina: se aplicó una tecnología suiza que logró reducir un 30 por ciento el gasto de agua, una campaña de estadio limpio y una limpieza de playa junto a los jugadores.

“Lo importante es que estas acciones no queden en algo puntual, sino que sean una estrategia de sostenibilidad a largo plazo”, relata Pacheco.

Volviendo al rugby, Bettersport tiene una alianza con el Cox Rugby Club, campeón de Chile, para intentar convertirlo en el primer club sostenible de Chile: “Estamos potenciando temas de ahorros de agua, de ayuda a la comunidad, pero la idea es que estas políticas perduren en el tiempo”, agrega Sebastián Pacheco.

Otra de las acciones tiene que ver con la gestión de los residuos dentro de los recintos deportivos. Por ejemplo, en el partido de rugby entre Chile y Estados Unidos, disputado en el Estadio Santa Laura, y que significó la clasificación de los Cóndores a su primer Mundial de la historia, Bettersport entregó bolsas ecológicas a los asistentes para que allí depositaran los residuos.

“Es impresionante la cantidad de residuos que se botan en los estadios y nos alegró mucho ver que los niños estaban muy entusiastas con las bolsas que les pasamos, y se lo transmitían a sus papás. Al final todo tiene que ver con la educación”, complementa el gerente general de Bettersport.

Hay varias otras ideas con respecto a la basura que se genera en cada espectáculo deportivo. Bettersport ya tienen conversaciones con otra federación para, por ejemplo, fabricar un lienzo a partir de las camisetas del color del equipo favorito de la gente, y mostrarlo colectivamente en el estadio. Otra idea es hacer un juego de sensibilización ambiental, en el que los arcos estén rellenos de basura y haya un espacio donde los chicos y chicas puedan insertar una pelota.

“Estamos convencidos de que el deporte puede ser una herramienta transformadora en materia de sostenibilidad. Lo hemos visto en Europa y Estados Unidos. Aspiramos a que más marcas se puedan sumar y ojalá también integrar al Ministerio del Medio Ambiente y al Ministerio del Deporte en esta tarea. También a los municipios. Necesitamos que todos los actores, públicos y privados, se sumen a la causa”, cierra Sebastián Pacheco.